28 de Noviembre de 2017 | Mercosur

En defensa del Trabajo y la Producción Nacional


RECHAZAMOS LA FIRMA DE UN TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE EL MERCOSUR Y LA UNIÓN EUROPEA Y EL SECRETISMO EN LAS NEGOCIACIONES DE ACUERDOS COMERCIALES EN DEFENSA DEL TRABAJO Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL

 

Quienes adherimos a la presente declaración expresamos un categórico rechazo a la firma del Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea impulsada por el presidente Mauricio Macri junto a los presidentes de Brasil, Uruguay y Paraguay. Consideramos que  esta iniciativa implica una grave amenaza al trabajo y la producción nacional y a la integración de las economías de los países del Mercosur, y proponemos abrir un amplio debate sobre las implicancias de la adhesión a diversos acuerdos de libre comercio en el contexto de la desinformación y secretismo que rodean las negociaciones de liberalización económica y comercial impulsadas el Gobierno argentino.

Los presidentes y cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay han confirmado su decisión de firmar un acuerdo con la Unión Europea en la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a realizarse en Buenos Aires en diciembre próximo. A pesar de los reiterados reclamos de transparencia en la información, los gobiernos han mantenido en reserva las ofertas realizadas por las partes, impedido el conocimiento público del impacto económico y social que el Acuerdo provocaría, negado el acceso a información a los legisladores nacionales y parlamentarios del Mercosur, y actuado con absoluta permeabilidad al lobby de los grandes grupos económicos trasnacionales.

Desde la llegada de Macri al gobierno han tomado estado público múltiples expresiones de preocupación y rechazo al proceso de apertura económica y sus evidentes efectos perjudiciales para el trabajo y la producción nacional. En este contexto ha crecido la preocupación de diversos sectores por los avances de gestiones y negociaciones en favor de acuerdos de libre comercio. No solo genera alarma el Tratado con la Unión Europea. El declarado interés del gobierno argentino en abrir negociaciones de un TLC con los Estados Unidos y otro con Canadá, la perspectiva de integración al Tratado Trans Pacifico manifestada por funcionarios argentinos, y la intención de flexibilizar el Mercosur para la convergencia con la Alianza del Pacífico y posibilitar Acuerdos individuales con terceros países, constituyen parte de la nueva agenda gubernamental que preocupa y moviliza el rechazo de amplios sectores de la sociedad argentina.

Los procesos de negociación impulsados por el Poder Ejecutivo implican un drástico giro estratégico en el posicionamiento internacional de nuestro país, que tendrá enorme impacto en las posibilidades y condiciones de trabajo de millones de argentinos y sobre la producción nacional, especialmente la industrial. También otros sectores clave de nuestra economía, como el de los productos agropecuarios y agroindustriales –especialmente los vinculados a las economías regionales- se ven amenazados como consecuencia de la amplísima apertura comercial que genera ese tipo de Acuerdos.

Al respecto, se han levantado multitud de voces críticas: por un lado la de aquellos que objetan el carácter confidencial de estas negociaciones y el consiguiente desconocimiento de la ciudadanía de sus contenidos y alcances, e incluso la reserva de información para los Congresos Nacionales. Quienes sostienen estas observaciones reclaman información, transparencia y debate democrático. Por otra parte crece el rechazo por las consecuencias económicas, sociales y laborales nefastas que provocan este tipo de Acuerdos en las economías nacionales. 

Consideramos que la República Argentina, como integrante del MERCOSUR, debe sostener una posición cuidadosa y responsable en la negociación entre nuestro bloque regional y la UE. El  libre comercio no es el único camino posible para la intensificación de los vínculos económicos y comerciales con otras regiones y países. Nuestro país no puede ni debe renunciar a condiciones imprescindibles para el desarrollo endógeno, como son la continuidad y profundización de un proceso de industrialización y del desarrollo científico y tecnológico nacional, ni aceptar condiciones que impliquen la destrucción de las economías regionales o que pongan en riesgo la articulación de las economías de los países del Mercosur. Esos criterios deben ser rectores de la política exterior argentina en materia económica, financiera y comercial.

Resulta especialmente preocupante y reprochable que los gobiernos de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay hayan provocado, en flagrante y abierta violación de la normativa vigente, la suspensión en el Mercosur de la República Bolivariana de Venezuela a efectos de avanzar sin cuestionamientos en la negociación del TLC con la UE. El público reconocimiento por parte del canciller del Brasil de esta situación, le da al actual estado de negociación un carácter espurio e ilegítimo, que rompe con las más básicas reglas de respeto del proceso de integración regional, de la declamada hermandad latinoamericana y del derecho internacional.

Es importante resaltar que el TLC que se promueve con la UE no es un mero Acuerdo comercial. Las partes han señalado que contiene 12 capítulos que abarcan Comercio de bienes; Reglas de Origen; Medidas Sanitarias y Fitosanitarias; Obstáculos Técnicos al Comercio; Defensa Comercial; Servicios y Establecimiento; Compras Gubernamentales; Aduanas y Facilitación de Comercio; Propiedad Intelectual; Comercio y Desarrollo Sostenible; Solución de Controversias; Defensa de la Competencia. Advertimos que de concretarse el Acuerdo se producirá una sustancial modificación de la legislación nacional y la normativa del Mercosur en temas altamente sensibles que, en la mayoría de los casos, implican restricciones a la soberanía nacional. El Congreso Nacional quedará entrampado en el mecanismo de decir si o no al Acuerdo que hayan celebrado las partes, sin posibilidad de introducir modificaciones o de dejar sin efecto las cláusulas contrarias al interés nacional. De esta manera, el TLC podrá adquirir jerarquía superior a la legislación nacional en los términos del artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional.

La promoción por parte de Estados Unidos de América y sus aliados regionales del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) constituye un antecedente a tener en cuenta ante esta renovada ofensiva de los centros de poder global. Aquella experiencia generó la movilización de amplios sectores representativos de Argentina y otros pueblos de la región y de gobiernos que coincidieron en priorizar los procesos de integración regional, logrando derrotar la iniciativa de un TLC hemisférico.

Es por ello que, preocupados por el desarrollo de este proceso y decididos a responder con organización, acción e información ante estas amenazas, los firmantes suscribimos la siguiente Declaración:

1. Proclamamos nuestro compromiso con la defensa del trabajo y la producción nacional, con el fortalecimiento del mercado interno nacional y regional, y con la protección de los intereses, derechos y prerrogativas nacionales que puedan verse afectados por la negociación y/o suscripción de Acuerdos de libre comercio.

2. Rechazamos todas aquellas acciones que en la negociación de Acuerdos comerciales impliquen cualquier tipo de restricción o pérdida de soberanía, la limitación o cesión de facultades del Estado argentino en favor de intereses corporativos y la subordinación de la economía argentina a factores transnacionales de poder económico y financiero.

3. Alertamos que los TLC son diseñados, promovidos y, en muchos casos, impuestos por la alianza entre las grandes potencias y las corporaciones económicas y financieras transnacionales, con el objeto de modificar las normas y regulaciones en los países firmantes para adecuarlas a las estrategias de expansión de sus propios intereses, en desmedro del desarrollo productivo y el trabajo nacional.

4. Advertimos que el avance de proyectos de asociación tendientes al libre comercio resultan altamente peligrosos para el futuro del sistema de integración regional, en particular del MERCOSUR.

5. Señalamos que ese tipo de Acuerdos afectarán negativamente otros procesos de asociación económica y comercial que están en marcha, surgidos de la estratégica decisión de la República Argentina de cooperar en la construcción de un mundo multipolar. Tal los Acuerdos de asociación económica y comercial con países de la cuenca Asia- Pacífico, la prioridad dada al fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur y el impulso a la relación con los países miembros del grupo BRICS.

6. Resaltamos que los TLC introducen normas, procedimientos y regulaciones especiales en una amplia y sensible gama de actividades y productos. Estas afectan negativamente distintos planos de la vida económica y social y violentan derechos consagrados en nuestra legislación. Las áreas de intervención abarcan: Medidas Sanitarias y Fitosanitarias; Telecomunicaciones; Comercio Electrónico; Propiedad Intelectual; Medicamentos Comerciales, Textiles y Vestido; Pequeñas y Medianas Empresas; Transparencia y Anticorrupción; Solución de Controversias; Desplazamiento de Empresas del Estado y Modificación de Regímenes Licitatorios; Regulaciones Ambientales y Laborales; Derechos de los Consumidores; Derechos Digitales; Circulación de Capitales y Desregulación de Servicios Financieros, entre otros temas.

7. Recordamos los efectos nefastos que los TLC han producido en países de la región en materia de derechos laborales, sociales y previsionales. Por su variedad, tienen potencialidad para afectar gravemente la vida de millones de argentinos, especialmente de aquellos que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad económica y social.

8. Recordamos que los TLC suscriptos por países de la región han sido formulados en el mayor secreto y con la máxima reserva. Rechazamos en consecuencia toda negociación que esté signada por el secreto y la ausencia de transparencia. Demandamos un amplio debate democrático, plural y participativo que involucre a todos los sectores de la vida nacional.

9. Solicitamos que el Congreso de la Nación, en representación del pueblo argentino, exija al Poder Ejecutivo que le remita los antecedentes, contenidos y alcances de las negociaciones que se encuentren en marcha y garantice el libre acceso a la información a la ciudadanía y sus organizaciones. Asimismo instamos al Poder Ejecutivo Nacional a respetar la división de poderes del Estado y en ningún caso ceder, cercenar ni restringir el ejercicio de la función legislativa en favor de organismos nacionales de otros países, como proponen las normas de implementación de los TLC.

10. Exhortamos a seguir con atención los Acuerdos y compromisos que el Poder Ejecutivo Nacional asuma en ocasión de cumbre de la OMC que se desarrollará en diciembre de 2017 en Buenos Aires y en la cumbre del G20 que el próximo año tendrá como sede a la República Argentina y a requerir la inmediata publicidad y tratamiento parlamentario de cualquier acuerdo que quiera ser alcanzado.

11. Declaramos nuestra convicción de que la inserción de nuestro país en el mundo no puede ni debe concretarse a costa del bienestar del pueblo argentino, ni sacrificando las posibilidades y potencialidades de desarrollo nacional.

12. Rechazamos la subordinación de los intereses nacionales a un esquema de gobernanza global sin legitimidad democrática, como proponen los megatratados de libre comercio.

13. Formulamos un urgente llamamiento a la organización y la movilización popular para exigir información, transparencia y participación en los procesos de negociación de Acuerdos internacionales de los que la República Argentina sea parte.