5 de Septiembre de 2013 |

Por unanimidad, la Cámara de Diputados rechazó la intervención militar extranjera en Siria e instó a la resolución diplomática del conflicto


A partir de una iniciatia del Diputado Guillermo Carmona, el proyecto fue votado y firmado por diputados de todos los bloques. Propicia que se lleve adelante una acción multilateral tendiente a buscar una paz negociada y a evitar intervenciones militares contrarias al derecho internacional y cuya consecuencia sea profundizar la crisis humanitaria existente.
Durante su intervención, Guillermo Carmona manifestó: "Quiero destacar que este proyecto se sustenta en cuatro pilares, que hemos acordado entre los distintos bloques.
          En primer lugar, se pone de relieve la condena a los hechos de violencia en Siria y se plantea como camino de solución del conflicto la vía diplomática y de la negociación y solución pacífica de esta situación.
          En segundo lugar, se plantea el rechazo a la utilización de las intervenciones militares, que agravarían la situación humanitaria.
          En tercer lugar, se señala la necesidad de que la Organización de las Naciones Unidas coordine una enorme ayuda de asistencia humanitaria a Siria.
          Por último, se plantea hacer valer la posición de la Argentina como país miembro del Consejo de Seguridad en este momento y como uno de los signatarios de la Convención contra la Utilización Ilegal de Armas Químicas, así como solicitar a las partes la negativa a la utilización de este tipo de armamento.
          Quiero destacar el aporte realizado por los distintos bloques y señalar el compromiso que viene sosteniendo la Argentina a través de nuestra Cancillería, nuestra Presidencia y también esta Cámara de Diputados, lo que creo que es un hecho sumamente positivo. 

Texto de la resolución

Honorable Cámara de Diputados

RESUELVE
Expresar su profunda preocupación y rechazo a todo tipo de violencia en la República Árabe de Siria como también manifestar su consternación por la pérdida de vidas humanas, en especial la de civiles inocentes. 
Propiciar que se lleve adelante una acción multilateral tendiente a buscar una paz negociada y a evitar intervenciones militares contrarias al derecho internacional y cuya consecuencia sea profundizar la crisis humanitaria existente.
Reconocer y alentar los esfuerzos políticos y humanitarios que realiza el Secretario de las Naciones Unidas y la República Argentina, en su calidad de Miembro no Permanente del Consejo de Seguridad, destinados a resolver el conflicto entre las partes por el camino del diálogo y la diplomacia.
Señalar que la República Argentina es signataria de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción, Almacenamiento y Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción, advirtiendo que el uso de estas sustancias tóxicas es un crimen de guerra y un delito de lesa humanidad el que debe ser tratado, en forma imparcial, bajo los procedimientos que establece el derecho internacional en esta materia.
Destacar la Declaración Oficial del Consejo de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de UNASUR, convenida en la VII Cumbre Ordinaria de la ciudad de Paramaribo, Surinam, el 30 de agosto de 2013.

FUNDAMENTOS

A partir de las denuncias de la oposición siria que acusó al gobierno de Bachar El Asad de perpetrar el pasado 21 de agosto un ataque con armas químicas, el que habría causado la muerte de alrededor de un millar y medio de personas en los suburbios de la ciudad de Damasco, se han generado disímiles reacciones políticas entre los actores más influyentes de la escena internacional. 
Las respuestas frente a estas acusaciones han ido desde llamados a la prudencia y al diálogo, por parte de los actores más moderados hasta quienes, en una peligrosa escalada verbal, promueven una intervención militar que amenaza con profundizar la violencia y la grave crisis humanitaria que ya sufre el país árabe.
Frente a lo confuso de los hechos denunciados y a la falta de pruebas concluyentes aportadas por fuentes neutrales, consideramos precipitado y hasta imprudente los discursos que apelan livianamente a la violencia o la amenaza como forma de responder a una situación compleja y políticamente delicada.
El jefe del gobierno británico, David Cameron como secuela de la dura experiencia de la guerra de Irak , pero también debido a la pobreza de los argumentos esgrimidos a favor de una intervención militar en Siria, sufrió una severa derrota política al ser vetado por el Parlamento inglés, negativa a la que se sumaron incluso legisladores de su propio partido.
El presidente norteamericano Barack Obama vehemente partidario del uso de la fuerza ha ido moderando paulatinamente su discurso debido al creciente aislamiento internacional de su propuesta y a la necesidad de incrementar la legitimidad de sus futuras decisiones. Convencer al Congreso de su país sobre las ventajas de la vía militar se ha transformado en la estrategia para cubrir parte del costo político que puede depararle una iniciativa sobre la que parece tener más dudas que certezas. Paradójicamente el secretario de Estado John Kerry dijo que, la salida de la guerra civil que se libra en Siria desde hace más de dos años “tendrá que ser política, tendrá que ocurrir en la mesa de negociaciones”. Queda pendiente aún que Estados Unidos explique al mundo y a los propios ciudadanos norteamericanos, de ordenar eventualmente un ataque, cuáles son las verdaderas razones que lo llevan a tomar el camino de la guerra.
El presidente ruso, Vladímir Putin, también contrario a una intervención militar dijo que si sus "amigos estadounidenses" tienen pruebas, deben entregarlas a los inspectores de la ONU y al Consejo de Seguridad; no hacerlo es simplemente "una falta de respeto" hacia sus socios. 
Por su parte, el Secretario General de Naciones Unidas ha dicho que es necesario darle “una oportunidad a la diplomacia”. En el mismo sentido se han expresado los Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de UNASUR, en la VII Cumbre Ordinaria de la ciudad de Paramaribo, Surinam, el 30 de agosto de 2013. 
El mismo Papa Francisco ha hecho pública su oposición al recurso de la violencia y la necesidad de recurrir al diálogo y la diplomacia para evitar los horrores de la guerra.
Debemos señalar finalmente que la República Argentina por principio y por ser signataria de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción, Almacenamiento y Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción, desaprueba terminantemente el uso de este tipo de armamento de exterminio masivo, sea cual fuere la circunstancia y los actores implicados. En este sentido, nuestro país, consecuente con los lineamientos sostenidos en materia de política exterior, seguirá bregando por la aplicación del orden jurídico internacional vigente como también apelando al dialogo y la política como instrumentos para una solución pacífica y duradera de los conflictos armados. Este ha sido también el camino elegido por nuestro país en ejercicio de la presidencia y en su calidad de Miembro no Permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Estamos convencidos, como seguramente también lo estará esta Cámara de Diputados, que la solución a la grave situación que aflige a la República Árabe de Siria no se resuelve con el uso de la fuerza y mayores grados de violencia. 
Por el contrario sostenemos que es necesario crear las condiciones para que en ese país se garanticen la vigencia de las libertades públicas y de los derechos humanos y, en consecuencia, hacemos un firme llamado a la solución de la crisis política mediante el diálogo y la participación democrática de todos los sectores de la vida política y civil de ese país, excluyendo las soluciones que pretendan imponerse por la vía militar. 
Por lo expuesto solicitamos a nuestros pares nos acompañen en el presente Proyecto de Resolución.